2014-08-14

Canibalismo



El canibalismo es el acto o la práctica de alimentarse con miembros de la propia especie, puede producirse entre miembros de muchas especies, aunque vulgarmente se asocia más con antropofagia, o con los seres humanos que consumen congéneres.

La escasez absoluta de alimentos, es el detonante más común que lleva a los seres humanos a atreverse a devorarse entre sí. El hambre extrema genera reacciones fisiológicas y psicológicas de supervivencia que últimamente obligan a una persona a cometer un acto considerado aberrante e inmoral en toda su extensión.

La antropofagia también está asociada a patologías mentales. Una de las ideas más explotada por Hollywood es el asesino serial que se come a sus víctimas, como el conocido personaje del Dr. Hannibal Lecter. Pero el horror de la ficción del cine, palidece frente a los casos reales de individuos con serios trastornos que comieron a otras personas.
Jeffrey Dahmer, conocido como el Caníbal de Milwaukee, asesinó a 17 jóvenes, los desmembró, abusó sexualmente de los cadáveres y en algunos casos comió los restos.

Los antropólogos dividen la antropogafia en dos tipos: el canibalismo aprendido, llamada
antropofagia consuetudinaria, y el canibalismo de supervivencia, un mecanismo innato del que parece ser que nos olvidamos a menudo y que, sin embargo, es más común de lo que pensamos.

El canibalismo de supervivencia fue tan común hasta el siglo XIX, que era la norma en el caso de que hubiera una naufragio. En general, se sorteaba quién debía ser asesinado y comido y quién lo mataría. Sin embargo, en esos casos se buscaba agotar todos los recursos antes de recurrir a esta opción.

Por otra parte, el canibalismo aprendido suele hacerse en forma de ritual, con un método prescrito. Se pasa de generación en generación, y se puede dividir en dos tipos: endocanibalismo y exocanibalismo.

El primero es el consumo de carne de un miembro del grupo –sociedad, tribu, familia–, y se suele hacer para venerar a la muerte o para consumir algún aspecto esotérico del fallecido, por ejemplo, la sabiduría. Un ejemplo son los pueblos Fore de Papua Nueva Guinea, que tienen ritos caníbales funerarios, en los que las mujeres y los niños suelen comer determinadas partes del cuerpo de los hombres.

El exocanibalismo se suele basar en sentimientos de odio, ira, desprecio y humillación, y suele darse cuando un grupo de personas comen la carne de sus enemigos. No está relacionada con ritos de ningún tipo en general, aunque un buen ejemplo son los Aztecas, que sacrificaban a soldados capturados y comerlos era un proceso de unión con los dioses.

Probablemente, el exocanibalismo se mantuvo mucho más que el endocanibalismo, habiendo casos relativamente recientes, como el ejército chino durante la Segunda guerra Mundial, que comía a los soldados enemigos caídos; o cuando los congoleños fueron acusados por las Naciones Unidas en 2003 por comer pigmeos asesinados.

Si planeas cambiar tu alimentación al canibalismo, te contamos que el cuerpo humano tiene bastantes
nutrientes y, si eliges la zona correcta para comer, puedes disfrutar sin engordar ni pasarte en calorías.
El cuerpo completo de un hombre promedio tiene un total de 81 500 calorías; parece bastante, pero hay partes del organismo que son más “light”, mientras que otras harían que ganes varios kilos extra. Por ejemplo, un brazo humano tiene 1800 calorías. Come la mitad y añádele una ensalada y tienes un nutritivo almuerzo sin excederse de calorías.
Las piernas son bastante más calóricas: cada una posee 7500 calorías (complicado para el caníbal que está a dieta).

La cantidad de calorías que tiene un cuerpo humano, depende del porcentaje de tejido adiposo (grasa) que posean. Una persona que esté en forma puede tener menos calorías, mientras que alguien con exceso de grasa, puede pasar fácilmente las 100 mil calorías.
Pero hay que tener cuidado al elegir las partes, podria contraer alguna infeccion, como el Kuru.

Asesinos seriales –como por ejemplo, Armin Meiwes– y caníbales de la Polinesia han sido los encargados de describir a qué sabe la carne humana, y la conclusión general es que no tiene un sabor coincidente con su color rojo. Lo más cercano en sabor sería la carne de cerdo, solo que un poco más fuerte; aunque William Seabrook, un escritor y periodista que viajó a África, en 1920, describió el sabor de la carne humana como similar al de la ternera.

Su muy descriptiva narración habla de una carne suave, imposible de distinguir su origen, un poco fibrosa y sin un sabor característico como puede tenerlo la carne de cerdo o el pescado. Sin embargo, versiones posteriores indican que las tribus donde estuvo nunca lo dejaron participar de sus costumbres.

Una cosa sí que queda clara: el sabor de la carne humana dependerá del corte y de cómo esté preparado –como en otras carnes–: no es lo mismo el estofado humano de la tribu Azende que los genitales humanos fritos y condimentados que han sido consumidos durante una “exposición artística”.

Al preguntar a qué sabe la carne humana se presenta una paradoja: la carne de cerdo es de color rojo –como la humana–, sin embargo todos la catalogamos como una “carne blanca”.

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